Origen de la denominación
Su
denominación está vinculada con el síndrome de Estocolmo, que fue definido a partir de un concreto incidente
en el que tras un atraco a un banco de Estocolmo, «una cajera se enamora de uno de los atracadores.
Sandor Ferenczi (1873-1933) llamó a este mecanismo de defensa identificación con el
agresor, vínculo que se crea cuando una persona se encuentra impotente frente a
su agresor en una situación donde su vida corre peligro». Se trata de un
mecanismo de supervivencia que se crea en la mujer víctima de maltrato para
convivir con la repetida violencia que su pareja ejerce sobre ella. Se denominó
así a este proceso que se da en la mente de la víctima. Por ello también se le
ha llamado síndrome de Estocolmo doméstico al proceso mental
que sufre una mujer víctima de maltrato por parte de su pareja sentimental.
Fue
formulado por Leonare Walker en Estados Unidos en 1979, quien lo usó para
describir las secuelas psicológicas que se daban en las mujeres víctimas
de violencia de género.8 El origen de la formulación de este síndrome estaría
fundamentado en la teoría de la indefensión aprendida.
Dicha
teoría toma como fundamento experimentos realizados por Martin Seligman, los cuales tuvieron incluso repercusión para
el análisis de la depresión en los seres humanos. El autor partió del estudio de perros que
fueron sometidos a choques eléctricos intermitentes. Estos choques se daban de
forma discontinua y al azar cuando los perros se aproximaban
a buscar sus alimentos; este procedimiento les produjo una conducta, la cual
les hacía arrinconarse en una esquina de su jaula a la que denominaremos
«esquina segura». Permanecían en esa esquina segura hasta que decidían volver
nuevamente a la búsqueda de los alimentos y a veces recibían choques y otras no.
Como resultado de este proceso se crearon sentimientos de incertidumbre al
mismo tiempo que los perros se volvían más dependientes del propio
experimentador. A razón de estos resultados se estableció un paralelismo entre
la conducta aprendida desarrollada por estos perros y la conducta de la mujer maltratada.
También se han dado algunas posiciones críticas que defendían que la
incertidumbre asociada a la violencia repetida e intermitente es un proceso
clave en el desarrollo del vínculo, pero que sin embargo de ninguna manera
puede ser el único.
Fuente: Wikipedia
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