Cleveland, Ohio, EE.UU.- Los latinos y afroamericanos no formarán parte del grupo prioritario para la primera ronda de vacunas contra la COVID-19 a pesar de estar entre los más afectados y formar parte de los trabajadores esenciales en el combate a la pandemia, por lo que expertos piden que estas comunidades sean incluidas en esta fase o en etapas subsiguientes.
Un
panel de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades
(CDC) decidió dar prioridad a trabajadores de salud y centros de
ancianos.
“Yo
diría que deben expandir un poco más y tener esa perspectiva de equidad aun en
esa primera ronda. Hay mucha necesidad pero muy pocas dosis”, señaló Daniel
López Cevallos, profesor asociado de estudios étnicos en la Universidad Estatal
de Oregón, en entrevista con Efe.
Para
López, la carga de la COVID-19 ha sido desproporcionada para latinos y
afroamericanos, y muchos de ellos forman parte de lo que se cataloga como
trabajadores esenciales.
“Se
ha hablado mucho de trabajadores esenciales y se han hecho campañas de
publicidad para reconocerlos y aplaudirlos porque han puesto esencialmente su
vida en riesgo para que el resto podamos tener comida y productos básicos. Por
eso deberían ser considerados así sea en una segunda o tercera ronda. Que estos
trabajadores esenciales y sus familias tengan prioridad; ellos son un reflejo
de la sobreexposición y necesitan protección”, sostuvo.
A
principios de semana, el alcalde de Dallas, Eric Johnson, envió una misiva al
Comité Asesor de Prácticas de Inmunización de los CDC en un esfuerzo por
priorizar la distribución de la vacuna a personas de color. Johnson detalló que
“muchos de nuestros trabajadores esenciales también son personas de color, lo
que probablemente ayude a impulsar las tasas de infección más altas entre las
familias afroamericanas e hispanas”.
Por
su parte, el doctor Gregory Poland, director del Grupo de Investigación de
Vacunas de la Mayo Clinic dijo: “Solo tienen 40 millones de dosis de vacunas.
Si piensas en quiénes tienen los porcentajes más altos de muertes, estas son
las personas en los centros de ancianos. Si piensas en quiénes son los que
están sosteniendo los sistemas de salud, estos son los trabajadores de la
salud”.
Según
este experto, “entre ambos grupos son 23 millones de personas y tomarían 46
millones de dosis, todas las que tenemos ahora mismo para proteger a estas
personas; por eso se hicieron esas recomendaciones”. Además, señaló que luego
de estos primeros grupos prioritarios, como segunda prioridad deberían estar
las personas con condiciones de salud subyacentes, según se vayan recibiendo
más vacunas.
Sobre
el impacto de la COVID-19 en las comunidades latina y afroamericana,
Poland, quien también es experto en enfermedades infecciosas, expresó
preocupación sobre el comportamiento de algunos grupos poblacionales.
“En
los próximos dos meses muchas personas serán hospitalizadas, muchas se
enfermarán y muchas morirán, y en parte porque ellos, sus familias y sus amigos
no están tomando esto en serio. No puedes tener el virus a menos que lo
respires y así que si usas una mascarilla y te mantienes lejos de personas que
no son de tu familia evitarás contagiarte. Hay demasiadas historias que rompen
el corazón y es imposible convencer a las personas de que tienen que tomar esto
en serio; se pueden enfermar y pueden morir”, manifestó.
En
contraste, el doctor José Torradas, portavoz del Colegio Americano de Médicos
de Emergencia, indicó que “políticamente sería suicidio que alguien dijera que
los hispanos y los afroamericanos están siendo más afectados y que les vamos a
suministrar las vacunas primero. Cualquier persona puede tener una oposición
bastante grande por cuestiones raciales o étnicas”.
Según
Torradas, en el caso de los latinos, las tasas de contagio de covid-19 son
altas pero no necesariamente son por no llevar mascarillas y no distanciarse.
“Es porque trabajan en industrias donde se les hace difícil trabajar de forma
virtual y no podrían trabajar desde la casa. Trabajan con muy poca protección o
en condiciones que no son las ideales”, expuso.
“Cuando
miras las fases que han sido publicadas, las tasas de mortalidad han sido más
altas para las personas de más de 75 años. Están en un muy alto riesgo y cuando
lo expanden a otros grupos los trabajadores esenciales quedarán en otras
fases”, puntualizó.
Por: EFE
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