

Los abusos fueron denunciados
ocho años atrás y según pudo recostruir la
investigación basada en el testimonio de las víctimas, el modus operandi del pedófilo
era meterse en la habitación que compartían las menores con sus primos - los
hijos del condenado- cuando lo visitaban.
La estrategia
de García fue declararse
culpable y así evitarse una condena aún mayor. Pero lo más
aberrante que sucedió durante el juicio fue que se conoció una grabación de una
confesión de sus delitos al padre de las niñas, cuando este fue a pedirle
explicaciones.
"No
abusé flaco, abusar es una palabra muy grosera, no abusé, entre hombres te
digo, le toqué el culo a (... ) a una empleada también, que encima era
espantosa, no es que yo sea un violador serial, un pedófilo ni nada (...) le
puede pasar a cualquiera”, fueron las palabras que utilizó
como un intentó aberrante de justificación.
Desde que menor de las hermanas pudo denunciar por
primera vez los hechos, en 2012, pasaron ocho años. Y luego de tratar de "resolver
las cosas entre hombres" en 2015, cuando fue
grabado", el hombre se mantuvo profugo.
Fue capturado
recién el año pasado durante las elecciones
primarias provinciales, pues al presentar el documento descubrieron
que tenía pedido de captura. En esa oportunidad el ingeniero intentó
huir, pero fue alcanzado por un policía y arrestado en plena calle.
Este año, intentó conseguir la
prisión domiciliaria, pero le fue negada. Y, en abril, lo
volvió a intentar alegando sufrir asma y ser población de riesgo ante un
eventual contagio de coronavirus.
También le fue denegada porque cinco
neumonólogos dijeron que no era cierto.
Finalmente esta semana, admitió los hechos y aceptó la
pena impuesta por la jueza Miriam
Montaldi, en un juicio abreviado, con acuerdo de partes. La
condena fue a 13 años de prisión por abuso sexual gravemente
ultrajante en un número indeterminado de veces agravado por la guarda.
Luego del fallo, un familiar de las víctimas usó sus redes sociales
para expresar su conformidad con la condena: “Somos
una familia que confió en la Justicia. Que la luchó, que reunió pruebas durante
años, que protegió y les creyó a sus hijas (...) La investigación de
la fiscal logró probar todas y cada una de las pruebas y el implacable proceder
del abogado querellante, lograron que triunfe la verdad. Esto es una puerta de
esperanza para todas las niñas que han sido abusadas”, escribió.
Fuente: Crónica
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