FOTO: SHUTTERSTOCK
Idaho, EE.UU.- El pasado 1 de septiembre, en un hospital de Idaho ocurrió tristemente la muerte de un niño de 9 años, de origen hispano, llamado Emrik Osuna, tan solo unas cuantas horas después de que la Policía de Meridian lo encontrara inconsciente al interior de su hogar.
Los médicos que lo atendieron descubrieron con horror que tenía moretones prácticamente todo el cuerpo; además de que presentaba signos visibles de desnutrición.
Las
autoridades locales iniciaron una investigación de este caso y encontraron
evidencia suficiente para arrestar al padre de Emrik, Erik Osuna
Gutiérrez, de 29 años, y a su pareja, Monique Osuna, de 27.
Un verdadero infierno al lado de su madrastra
Debido
a la pandemia del coronavirus, Emrik se quedó en casa a cargo de Monique, quien
podía atenderlo ya que trabajaba desde casa y se comprometió a atender las
necesidades del niño, en particular sus clases virtuales.
Pero
lo cierto es que lo sometió a una serie de maltratos físicos durante
todos estos meses, ya que solo lo alimentaba con arroz y agua, además de
golpearlo y darle fuertes castigos, como saltar repetidamente y a
recargarse contra la pared como si estuviera sentado y dormir al interior de un
pequeño armario.
La
madrastra aceptó ante un juez que efectivamente, había golpeado en varias
ocasiones al niño, ya sea dándole patadas o con cinturones, correas de perro y
palos.
Por
su parte, el padre de Emrik aceptó no haber hecho nada para salvar la vida de
su hijo y que incluso, intentó eliminar todas las evidencias en contra de su
pareja.
Las
autoridades determinaron que los otros 3 hijos de la pareja, que oscilan entre
los 4 meses y 9 años deberán quedar bajo la supervisión de un centro de
cuidados y que los padres no deben tener contacto con ellos.
La
pareja continúa detenida y el juez les ha impuesto una fianza de $2 millones de
dólares a cada uno.
Fuente: El Diario
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