Quizá no te contagies de COVID-19, pero sí puedes experimentar otras dolencias
El 11 de marzo de 2020 la vida en el mundo comenzó a cambiar. Ese miércoles la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente como “pandemia” a los brotes del nuevo coronavirus que se diseminaban ya en prácticamente todo el orbe. A partir de entonces millones de personas se confinaron en casa, voluntariamente y no.
Hoy,
cuando ha transcurrido ya medio año, miles de personas en el mundo continúan
recluidas para evitar el contagio de COVID-19. Pero ¿qué cosas le pasan
a tu cuerpo por estar en aislamiento durante meses? La cadena CNN consultó
a varios expertos sobre las consecuencias de trabajar y vivir únicamente en
casa, sin contacto con el exterior y con un estilo de vida sedentario. Estas
son algunas de ellas.
Menos músculo, más grasa
La
misma falta de ejercicio hace que las fibras musculares se deterioren y
perdamos fuerza. Es necesario mantenerse fuerte para vivir más años, y
la masa muscular se pierde fácilmente con el paso natural de los años
y si no nos ejercitamos regularmente.
Además,
estar en casa implica un reto adicional: vencer la cercanía de la alacena y la
nevera. Muchas personas comen más desde que están aisladas, pues el
fácil acceso a la comida aunado a la ansiedad, el estrés y el cambio de rutina
que ha traído la pandemia suele desencadenar trastornos alimenticios.
En muchos casos, el aumento de libras desde marzo es evidente y, con un estilo
de vida más sedentario, el riesgo de desarrollar problemas metabólicos o
crónicos como la diabetes, aumenta.
Sistema respiratorio afectado
Llevar
un estilo de vida sedentario no es la mejor idea, especialmente cuando la
pandemia de coronavirus nos obliga a permanecer más tiempo en casa. El
corazón necesita que de vez en cuando se incremente la velocidad con la que
trabaja, para fortalecerse, y lo mismo ocurre con los pulmones. Es
indispensable aumentar el flujo sanguíneo a los pulmones, al corazón y al resto
de los órganos del cuerpo a través de una rutina de ejercicio regular, aunque
sea en casa.
Cerebro más lento
Permanecer
sedentario en casa afecta también al cerebro, pues la actividad física
ayuda a producir químicos cerebrales que descomponen ciertas toxinas de la
sangre y evitan que se alojen en el cerebro, donde pueden (literalmente)
intoxicar a las neuronas. Un cerebro con neuronas intoxicadas o con menos
neuronas es un cerebro más lento, y fácilmente podrás imaginar las
consecuencias de ello.
Ciclo circadiano perjudicado
Estar
todo el tiempo en interiores, sin recibir ni un poco de luz solar, pone en
jaque el ciclo circadiano, es decir, el ritmo natural del cuerpo que nos ayuda
a diferencia el día y la noche, cuando es tiempo de dormir. Es
importante hacer ejercicio, salir a caminar brevemente, aprovechar la terraza o
el jardín para sincronizar el ciclo circadiano y recibir un poco de
luz solar que, además, ayuda a mantener en equilibrio los niveles de
vitamina D en el cuerpo.
Problemas posturales
Pasar
más tiempo sentado o acostado en casa afecta nuestra posición corporal y genera
tensión en el cuello, la espalda, la cadera y los hombros. Por eso, los
expertos recomiendan levantarse cada hora de la silla, caminar un poco
alrededor de la habitación, estirarse e incluso recostarse en el suelo
para permitir que la espalda se reacomode por unos segundos.
¿Qué hacer?
Algunas recomendaciones
para evitar estos efectos negativos en la salud luego de meses de
confinamiento son:
·
Mantener una rutina de ejercicio regular,
de al menos 150 minutos a la semana.
·
Reducir la cantidad de alimentos procesados
y empaquetados que guardas en la alacena para minimizar su consumo.
·
Realizar ejercicios de respiración y de
meditación para combatir la ansiedad y el estrés.
·
Mantener el contacto con
amigos y familiares, aunque sea virtual.
·
Evitar las pantallas de celular o
televisión al menos una hora antes de dormir.
·
Recurrir a los especialistas
de salud mental o psicológica si lo requieres.
Fuente: El DiarioNY
Foto: Unsplash
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