
Flores
murió como consecuencia de las heridas en la cabeza.
FOTO: TELEMUNDO / CORTESÍA
Matamoros, Mexico.- Lizbeth Flores cruzó
la frontera entre México y Estados Unidos para visitar a su
novio pero jamás regresó. Esta joven estadounidense de 23 años y madre de dos
hijos fue encontrada sin vida y con signos de tortura un día después de que se
reportara su desaparición.
Su
madre, María Rubio, habló con ella por última vez el 9 de
agosto, antes de que viajara a la ciudad fronteriza de Matamoros,
y Flores le aseguró que estaría en su casa en Brownsville, Texas,
esa misma noche.
Al
día siguiente, Rubio comunicó la desaparición de su hija al Departamento de
Policía de Brownsville. Su cuerpo fue encontrado el 11 de agosto en Matamoros,
con señales de violencia brutal, sin dientes y sin parte del cuero cabelludo,
según los investigadores.
Flores, madre de una niña de 4 años y un bebé de 3 meses, murió de como
consecuencia de las heridas en la cabeza tras ser golpeada con una piedra que
fue hallada junto a su cuerpo sin vida, informó la policía de Matamoros.
“Perder a un
hijo es como si te arrancaran el corazón”, dijo su madre en
entrevista con Telemundo 40, filial de Telemundo.
“Siento mucha
tristeza por lo que le hicieron a mi hija. Cómo la dejaron, eso es lo que me
duele, lo que mi hija pasó ahí en ese momento eso es lo que me duele”, lamentó
Rubio, “quiero que pague cada uno que participó en la muerte de mi hija”.
Ahora, la esperanza
de esta madre es que las autoridades mexicanas repatríen su cuerpo, pero no
cuenta con los recursos suficientes para hacerse cargo: “No tengo la manera de
traerla para acá… Yo quiero identificar que sea ella… Para mí, mi hija está
viva y yo y toda mi familia la queremos ver y saber cómo murió”.
Rubio ha
pedido ayuda al Consulado mexicano de Bronwsville para que repatríe los
restos de su hija y darle sepultura.
Las oficinas
consulares de México en Estados Unidos normalmente solo cubren gastos cuando el
fallecimiento se ha producido en territorio estadounidense, pero “al ser un
caso humanitario sí vamos a ayudar la señora hasta donde podamos”, dijo el
cónsul, Juan Carlos Cue Vega.
Las
autoridades de Matamoros no han anunciado aún arrestos por la muerte de Flores,
y su novio sigue paradero desconocido. El FBI también participa en la
investigación al tratarse de una ciudadana estadounidense.
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