
Sin
embargo, una trabajadora sexual reveló que sus “habilidades
laborales” le están siendo útiles para su vida amorosa. Busca una
relación, lo que no es incompatible con su trabajo.
Lola
Rose, de Reading, comenzó a trabajar en la industria
del sexo hace dos años, cuando tuvo que dejar su trabajo habitual debido a una
depresión y ansiedad. Ahora, ella no se imaginar haciendo otra cosa.
Antes
de su nueva etapa, la joven de 29 años incluso intentó quitarse la vida. Por
este motivo se quedó fuera del circuito, dejó su trabajo y se “aisló” por seis
meses. Durante ese tiempo, buscó formas de ganar dinero desde casa y encontró
el sexo en línea. Decidió darle una oportunidad a las sex webcams.
Ahora,
afirma que está a cargo de su propio horario, y le encanta tanto el trabajo que
“todos los días se sienten como el fin de semana”. Su trabajo le da mucha
confianza pero, a pesar de sus ventajas, todavía se siente juzgada
negativamente por lo que hace.
“Veo
gente constantemente menospreciando a las trabajadoras sexuales, llamándonos
estúpidas e desempleadas. Veo hombres criticar a mujeres en la industria por
mostrar sus cuerpos para ganarse la vida.
Si
tienes un cuerpo y quieres mostrarlo, ¿por qué no ganar dinero haciendo alarde
de él?”, contó a Unilad.
Lola,
que tiene su cuenta de trabajo sexual en Off The Record Cam Model, señaló que
muchas personas muestran sus cuerpos en las redes sociales sin ser objeto de
críticas, por lo que no existe ninguna razón por la que se deba criticar a ella
o a otras mujeres que se dediquen al sexo.
“Creo
que las trabajadoras sexuales son inteligentes por usar sus atributos para
ganar mucho dinero. Es una de las pocas industrias en las que las mujeres ganan
más dinero que los hombres.”, añadió.
Pero
los prejuicios de la sociedad ante este tipo de empleos pueden dificultar otras
áreas, como la de pareja. Encontrar alguien con quien compartir la vida, si te
dedicas al sexo como forma de vida, no parece algo fácil de lograr.
Por eso Lola siempre explica muy pronto a los hombres que conoce a lo
que se dedica. Para que la relación continúe, su pareja tiene que estar de
acuerdo con que otras personas paguen para interactuar con ella de una manera
que puede ser sexual.
En un esfuerzo por asegurarse de no entablar
una relación con falsos pretextos, Lola siempre revela su profesión “muy
temprano” cuando tiene citas, lo que le da a su cita la oportunidad de
“aceptarla o alejarse”.
Así ha descubierto que las personas no
siempre se sorprenden por lo que hace y que lo aceptan con confianza y
apertura. Lola afirma que trabajar como cam girl le ha
ayudado a averiguar qué puede esperar de un hombre.
“Descubrí
que puedo identificar a los hombres con los que salgo más rápidamente. Al
charlar, puedo distinguir a los que están detrás de una aventura ya
los que buscan el amor.
Esto proviene de averiguar qué quieren mis
clientes en la cámara”, explica.
Aunque sus habilidades son útiles para las
citas, Lola enfatizó que hay una gran diferencia entre tener citas en
la vida real y trabajar sexualmente a través de una cámara web.
“En línea puedes ser quien quieras y con
la cámara web no serás juzgado por hablar de lo que disfrutas. Charlo con
algunos hombres durante horas a la vez o incluso a diario. No siempre es
sexual.
Lo que
más me gusta hacer en la cámara web es el juego de roles. Disfruto el lado de
la actuación”, añade.
Lola también se encarga de tener que
impresionar al cliente y satisfacer sus necesidades cuando está trabajando,
porque ellos le pagan para que lo haga. Esto, según dice, le ayuda a ser ella
misma en la vida real sabiendo que no le debe nada a su cita.
La joven de 29 años aconsejó a otras chicas
que se dedican a lo mismo que buscan amor que siempre sean honestas sobre su
trabajo desde el comienzo de una relación, aunque no todo el mundo se sienta
cómodo con la idea de que su pareja muestre su cuerpo en línea.
Los clientes pueden ver a las chicas de
cámara como personas que están allí únicamente para su entretenimiento, pero
está claro que las habilidades y cualidades que las mujeres desarrollan a
través del trabajo pueden tener una gran influencia en su vida cotidiana.
En última instancia, el trabajo puede
beneficiar las interacciones por las que no se les paga y ayudar a encontrar a
la persona adecuada con quien compartir la vida, tanto dentro como fuera de la
cámara.
Fuente: El Diario
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