
Breanna
y Aaron se casaron en junio de 2016, y la creciente batalla del abuelo de
Breanna contra el cáncer puso en marcha los planes de la
pareja de tener un bebé. Lockwood le dijo a OprahMag.com que querían tener un
bebé antes de su fallecimiento, con la esperanza de que pudiera conocer a su
bisnieto. Sus intentos de concebir resultaron ser más difíciles de lo que
esperaban.
“Siempre
pensé que iba a suceder muy rápido”, admite Lockwood. “Pasas toda tu vida
previniendo un embarazo no deseado, y cuando dejas de prevenir, no sucede de
inmediato”.
Ella
reconoce que le costaba mucho hablar del tema, que creó tensión con amigos y
entre su matrimonio. ” Es algo que realmente sacude el mundo de alguien”,
concluye.
Después
de meses de intentarlo por su cuenta, la pareja visitó al Dr. Brian
Kaplan, un endocrinólogo reproductivo certificado en los Centros de
Fertilidad de Illinois, quien sugirió que comenzaran un tratamiento de
fertilidad.
Lamentablemente,
sufrió dos abortos espontáneos y, según ella cuenta, desarrolló el síndrome
de Asherman, que es una afección que se adquiere a partir de tejido
cicatrizado en el útero. Para el Dr. Kaplan, debían contemplar otras opciones.
“Lo
que realmente me ayudó fue que estaba muy decidida. Seguía pensando que iba a
ser mamá. Creo que es importante que las mujeres sepan que hay opciones “, dice
Lockwood.
Para
algunas parejas, la determinación es una cosa, pero el costo de la
subrogación es otra, y el precio que tenía que pagar la pareja era de
casi $100,000 dólares. Para ayudar con el problema del costo, Loving
presentó una solución: llevaría a su nieto en su vientre por ellos.
Su
hija se negó, al principio se mostró reacia. Pero, finalmente, Loving la
convenció.
“Sentí
que había pasado por esto con ella desde el principio. Sentí todo su
dolor y su lucha. Sabía que estaba sana a los 51 años, y sabía que podía
hacer esto por ella, me cuidé bien. ¡De hecho, no me siento que tengo 51,
siento que tengo 30! ” dice.
Al
estar en forma, Loving pasó con éxito una serie de pruebas: colesterol, pruebas
psicológicas, paneles de análisis de sangre y más. Milagrosamente, Loving
recibió luz verde tanto de su hija como del médico.
“Obviamente,
este es un escenario único y se realizó después de consideraciones médicas,
psicológicas y éticas muy cuidadosas y personalizadas”, dice el Dr. Kaplan. “La
dinámica familiar, el apoyo y el sacrificio incondicional y la resistencia del
espíritu humano fueron determinantes para que diera el visto bueno como
médico.”
Ahora,
la familia está haciendo pública su historia. Durante sus días más difíciles y
oscuros, Lockwood afirma que era muy reservada. Su experiencia fue dolorosa y
reconoce que a veces la gente, sin querer, se mostraba insensible.
Pero ahora, que su viaje se ha transformado en algo tan
extraordinario, Lockwood comparte su historia con sus más de 70,000 seguidores
en Instagram.
Fuente: LaOpinión
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