El lavado de manos con jabón y al menos durante 20 segundos se
ha vuelto parte fundamental de nuestra rutina después de que las autoridades
sanitarias hayan puesto el énfasis en repetirlo con frecuencia para evitar
la propagación del coronavirus. Pero el secado de manos es algo
en lo que no se ha puesto atención.
Los secadores de manos que normalmente están
en los baños públicos son los que más dudas
general ya que algunas investigaciones apuntan que al retirar
el agua de las manos también pueden propagar gérmenes por la ropa y superficies.
El Congreso Europeo de Microbiología Clínica
y Enfermedades Infecciosas (ECCMID) señala en un estudio reciente que
los niveles
de “contaminación microbiana” son “mayores tras el secado con chorro de aire”.
Los resultados de esta pequeña pesquisa muestran que las 11 superficies que se
tocan después de este tipo de secado de manos se contaminan. Al secarse con
toallas de papel, el número se reduce a seis.
Y un estudio de
2014 de la Universidad de Leeds, Reino Unido, halló que los secadores
arrojaron 27 veces más bacterias al aire que las toallas de papel y,
por lo tanto, desaconsejaron su uso en entornos de atención médica. Alegaban
que tienen capacidad para favorecer la contaminación cruzada de microbios.
Los mismos investigadores descubrieron años
más tarde que los baños públicos con secadores de aire tienen una
concentración de bacterias mucho más alta que las que ofrecen toallas de papel.
A una conclusión similar llegaron
en 2018 investigadores de la Universidad de Connecticut, que demostraron que
estos aparatos pueden convertirse en una especie de ventiladores
de bacterias.
La Organización Mundial de la Salud (OMS)
no descarta el uso de secadores de manos e insiste en que lo que realmente mata
al virus es el lavado con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
La autoridad sanitaria internacional también hace hincapié en la necesidad
de un buen secado pero no prioriza un método sobre otro.
Las manos mojadas o húmedas pueden transferir más rápido los gérmenes. La OMS
insiste en que el secador de manos tampoco mata al virus.
La red de Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dice que el
mejor secado de manos durante la pandemia “sigue sin estar claro porque
hay pocos estudios y los que hay entran en conflicto”. “La mayoría de
estudios”, explica la agencia, “comparan las concentraciones generales de
microbios, no sólo los gérmenes que causan enfermedades”. CDC concluye que “no
hay evidencia de que los secadores de manos estén propagando el coronavirus“.
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