El
empresario Alex Saab, señalado como testaferro del dictador venezolano
Nicolás Maduro, fue capturado en las últimas horas en Cabo Verde, Africa,
según reportaron medios colombianos.

El primer medio indicó que Saab, de nacionalidad
colombiana, iba en un avión privado que cubría la ruta Rusia-Irán y fue
aprehendido cuando la aeronave aterrizó para cargar combustible. Fuentes
extraoficiales señalaron a la unidad investigativa de El
Tiempo que la aeronave tendría matrícula venezolana.
Contra Saab está vigente desde hace casi un año
una “circular azul” de Interpol, destinada a localizarlo, identificarlo y
obtener información sobre él persona para una investigación criminal. Fue
incluido en la lista el 25 julio de 2019, cuando el departamento del Tesoro de
EEUU lo sancionó y señaló como testaferro de Maduro.
El nombre de
Saab había vuelto al debate público esta semana luego de que una Fiscalía
colombiana impusiera medidas cautelares con fines de extinción de
dominio (expropiación) a ocho inmuebles del empresario.
Las autoridades indicaron que los inmuebles, que tienen
un valor combinado de casi USD 10 millones, forman parte del patrimonio ilícito
que constituyó el empresario a través de operaciones financieras irregulares.
En concreto, la institución investiga a Saab por “lavado
de activos, concierto para delinquir, enriquecimiento ilícito, exportación y/o
importaciones ficticias, y estafa”.
Pero la principal operativa con la que Saab está acusado
de lucrar de manera ilegítima gira a través del programa de comida
subsidiada del régimen venezolano, conocido como CLAP.
Los cargos
indican que colombiano, junto a tres hijastros de Nicolás Maduro, se hicieron
de cientos de millones de dólares a través de maniobras ilegítimas
concernientes al programa. Ello les valió la imposición de sanciones por
parte del gobierno de Donald Trump.
El documento indicó que Saab, los hijastros de Maduro y
el resto de los sancionados forman parte de “una vasta red de corrupción que ha
permitido a Nicolás Maduro y a su régimen beneficiarse significativamente de la
importación y distribución de alimentos en Venezuela”.
“Alex Saab se comprometió con los informantes de Maduro a
dirigir una red de corrupción a gran escala que utilizaron cruelmente para
explotar a la población hambrienta de Venezuela. El Tesoro apunta a los que
están detrás de los sofisticados esquemas de corrupción de Maduro, así como a
la red global de compañías ficticias que se benefician del programa de
distribución de alimentos controlado militarmente por el anterior régimen”,
explicó en ese entonces el Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
“La red de
corrupción que opera el programa CLAP ha permitido a Maduro y a sus familiares
robarle al pueblo venezolano. Utilizan los alimentos como una forma de control
social, para recompensar a los partidarios políticos y castigar a los
opositores, mientras se embolsan cientos de millones de dólares a través de una
serie de esquemas fraudulentos”, agregó.
Las alegaciones en contra de Saab, no obstante, habían
comenzado antes. Sin embargo, la denuncia inicial la hizo el portal dedicado al
periodismo de investigación Armando.info, que señaló meses antes que
Saab, al parecer, era parte entonces de una red de lavado de activos que obtuvo
millonarios recursos por la exportación ficticia de alimentos a Venezuela.
Meses después, y pese a que se mantuvo como un empresario
de bajo perfil y sin mucha relevancia en Colombia, su nombre apareció de manera
prominente en los medios cuando la ex fiscal venezolana Luisa Ortega lo
acusó de ser uno de los testaferros de Maduro en 2017.
El medio venezolano también develó que en 2011 Saab firmó
un contrato con el Gobierno de Hugo Chávez para proveer casas prefabricadas
para el plan Misión Vivienda.
En paralelo, Saab enfrenta cargos separados en Estados
Unidos. El mismo día en el que fue sancionado por el departamento del Tesoro,
la cartera de Justicia los acusó a él y a su mano derecha, Álvaro Enrique
Pulido, de haber lavado hasta 350 millones de dólares que supuestamente
defraudaron a través del sistema de control cambiario en Venezuela.
Ese organismo alega que, entre noviembre de 2011 y
septiembre de 2015, Saab y Pulido se confabularon con otros individuos
para lavar sus ganancias ilícitas y transferirlas desde Venezuela hasta cuentas
bancarias en EEUU, razón por la que Washington tiene jurisdicción en el caso.
Por ello existe la posibilidad de que Saab sea extraditado al país
norteamericano.
Hasta hoy, el paradero de Saab había sido un misterio y
estaba siendo buscado por las autoridades de Colombia que lo acusan también de
los delitos de lavado de activos, concierto para delinquir, enriquecimiento
ilícito, exportaciones e importaciones ficticias y estafa agravada por haber
realizado compras internacionales ilícitas con la empresa Shatex.
Fuente: Infobae
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