Alexander Alazo, residente de Aubrey (Texas), fue detenido ayer en
Washington DC como sospechoso de disparar contra la sede de la embajada cubana
en EEUU, que se encontraba cerrada en ese momento.

“Esta madrugada (jueves), ,
aproximadamente a las 2:15 a.m., oficiales del Servicio Secreto de EEUU
acudieron a la embajada de Cuba tras informes de disparos”, dijo esa agencia de
seguridad en un comunicado citado por Deutsche Welle.
“Un individuo fue arrestado por estar en
posesión de un arma de fuego y municiones no registradas, por asalto
con intención de matar y posesión de un dispositivo de
recarga de alta capacidad”.
Más tarde, ayer el
canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, calificó el acto como “terrorismo” y
convocó a la máxima autoridad diplomática de EEUU en La Habana, la
encargada de negocios Mara Tekach, para protestar por el tiroteo.
El ministro de Exteriores explicó en una
intervención televisada que durante la reunión transmitió a Tekach su “más enérgica
protesta” por el suceso acaecido en la madrugada y exigió
públicamente al gobierno estadounidense una investigación “exhaustiva y
rápida”.
En tanto, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, dijo
que su país “condena la agresión” y espera la “investigación del atentado con
arma de fuego” contra la sede diplomática.
No se han divulgado las razones del tiroteo, aunque las autoridades sospechan
que fue “un crimen de odio”, informó The New York Times.
Coincidencia o no, en
la víspera Cuba estuvo en la agenda electoral de EEUU, luego
de el ex vice presidente y virtual candidato Demócrata Joe Biden dijera a una estación local de CBS en
Miami el lunes que “en gran parte” volvería a la política más abierta de la
administración de Barack Obama hacia Cuba.
“Lo que sucedió con esto es más que sobre
Cuba, se trata de todo el Caribe, y se trata de todos nuestros aliados y
amigos, que están en América Latina”, dijo Biden. “Y cuando lo hicimos cuando
cambiamos la política, comenzamos a abrirnos y obtener mucho más apoyo dentro
de la región. Y eso es lo que deberíamos estar haciendo ahora. No hay razón
para continuar una política que no fue la que los presidentes pusieron en
práctica”.
Al día siguiente, el martes la campaña de
Donald Trump criticó las palabras de Biden de que restablecería la distensión
diplomática del gobierno de Obama con Cuba a pesar de los estrechos vínculos de
la nación con el criticado mandatario venezolano Nicolás Maduro, acusado de narcotráfico
por EEUU.
En una declaración, el subdirector de
comunicaciones de la campaña de Trump, Ali Pardo, dijo que Biden “seguiría
el liderazgo de Bernie Sanders y se alinearía con las dictaduras socialistas por
encima de los valores de nuestro país”.
“Ya es bastante malo que, como
vicepresidente, Biden nunca haya movido un dedo para detener a Maduro mientras
mataba de hambre a
su propio pueblo y que su administración elogiara a Raúl Castro, dándole al
gobierno cubano un pase a pesar de su horrible historial de derechos humanos”,
dijo Pardo.
En la misma entrevista Biden
afirmó estar confiado en que ganaría en Florida, aunque ese
estado fue clave para el triunfo por colegios electorales de Trump en 2016, en
parte gracias a que la gran comunidad cubana rechazó el viaje
de Obama ese año a Cuba.
Fuente: El Diario
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