Vietnam
comenzó este fin de semana a levantar su cuarentena, una de las más estrictas del mundo,
pero que parece haber contenido el avance de la pandemia de COVID-19. Según los
datos oficiales, el país asiático fronterizo con China tuvo algo menos de 300 contagios y ninguna muerte.
Aunque las aglomeraciones de personas
continúan prohibidas y se fomenta el uso de mascarillas y el
distanciamiento social, el régimen comunista permitió reabrir algunas empresas,
sobre todo en Hanoi y en la ciudad Ho Chi Minh.
En
varias provincias, las escuelas
reabrirán esta semana.
Desde
la detección de los primeros casos en enero pasado, solo se han reportado 268
contagios por coronavirus, sin ninguna muerte. Durante la última semana no se
reportó ningún caso.
Los expertos destacan algunas decisiones tempranas que tomó Vietnam: la rápida prohibición de casi todos los
viajes desde China, la suspensión de las escuelas a mediados de enero, incluso
antes de registrar cualquier infección, la puesta en cuarentena de decenas de
miles de personas y el empleo del amplio aparato del Partido Comunista para
comunicar las medidas de distanciamiento y rastrear los contactos de los
pacientes de COVID-19.
“Solo
unos pocos países pueden controlar y movilizar recursos a esta escala”, dijo Le
Hong Hiep, analista de Vietnam en el Instituto ISEAS-Yusof Ishak de Singapur al
diario Los Angeles Times.
“En Vietnam pueden hacerlo, y en parte debido a un sistema político que está diseñado para responder a tales
situaciones. No siempre es bueno, pero en una crisis ayuda.”
Las medidas
de control a menudo llevaron a que un gran número de personas quedaran aisladas
por solo un puñado de infecciones.
El mes
pasado, más de 300 médicos, policías, soldados y civiles fueron desplegados
para rastrear los contactos de un piloto británico que se cree que era el
origen de un grupo de infectados con coronavirus en un bar de la ciudad de Ho
Chi Minh. Las autoridades cerraron
varios negocios y pusieron en cuarentena a miles de personas en sus
apartamentos.
En las
últimas semanas, a medida que las infecciones importadas aumentaban en toda
Asia, Vietnam puso en cuarentena a decenas de miles de viajeros que llegaban,
con o sin síntomas de COVID-19, en los cuarteles del ejército, dormitorios de
las universidades y en otras instalaciones públicas.
Desconfiar de China
La
cercana y turbulenta relación de Vietnam con su país vecino, China, influyó
mucho en su respuesta al brote, indican los analistas, según Los Ángeles
Times. Días después de que
China informara de la primera muerte por el virus el 11 de enero –y antes de
que ningún caso hubiera surgido en Vietnam– el Ministerio de Salud celebró una
reunión de alto nivel con funcionarios de EEUU y de la Organización Mundial de
la Salud para establecer un plan de contención.
En el
centro de la preocupación de Vietnam estaba la sospecha de que “la escala del brote era mucho más alta de lo
que oficialmente informa China”, dijo Le. Vietnam acertó en su
escepticismo: el régimen Chino ocultó en sus informes iniciales la rapidez con
la que se expandía la COVID-19 y los estragos que ya estaba causando en su
país.
“Vietnam entiende a China mejor que otros países”, dijo Le. “Debido a los sistemas políticos similares, saben cómo
funciona China, y conocen los riesgos y desventajas de tales sistemas. Saben
que puede haber problemas en los datos que llegan desde China. Así que al
tratar con China, Vietnam es muy cauteloso.”
La estrategia vietnamita
Eso sí,
el número de personas sometidas a análisis continúa siendo bajo (poco más de
180.000 sobre una población de 96 millones de habitantes).
Pero
los expertos consideran que la tendencia es positiva, y representantes de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) han destacado en varias ocasiones la
celeridad con la que reaccionó Hanoi.
Pero,
los expertos consideran que la tendencia es positiva, y representantes de la
Organización Mundial de la Salud (OMS) han destacado en varias ocasiones la
celeridad con la que reaccionó Hanoi.
Desde
los primeros días de febrero, Vietnam suspendió todos sus vuelos hacia y desde
China, y casi cerró a cal y canto su extensa frontera terrestre, de 1.300 km de
largo, con la República popular.
Las
escuelas no volvieron a abrir desde fin de enero, tras las conmemoraciones del
Tet, el año nuevo vietnamita.
Los
poblados agrícolas con más de 10.000 habitantes fueron por completo bloqueados
durante tres semanas, cuando solo había una decena de casos de infectados
confirmados en todo el territorio.
Después, “más de 80.000 personas fueron puestas bajo
cuarentena simultáneamente” a lo largo de todo el país, en campamentos bajo
custodia del ejército, indicó Takeshi Kasai, director de la OMS para la
región del Pacífico occidental. “Es la razón por la cual han podido mantener
una pequeña cantidad” de infectados.
A la
par del alivio por haber contenido el coronavirus, el Gobierno vietnamita
comenzó su propia campaña como benefactor, y la semana pasada envió a Estados Unidos cerca de medio millón de
trajes protectores para los médicos que están en el frente de
combate de la enfermedad que fueron agradecidos personalmente por el presidente
Donald Trump en su cuenta de Twitter.
Fuente:
Infobae
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