La situación económica que se está desarrollando
sin soluciones a manos por la pandemia del COVID19 podría obligar a la
suspensión del torneo otoño-invernal 2020-2021.
En nuestra historia, las únicas tres ediciones del
mayor espectáculo deportivo dominicano que se han suspendido han sido por
motivos políticos. La caída de la tiranía de Trujillo obligó las cancelaciones
de los campeonatos 1961-62 y 1962-63 y por la Revolución de Abril no se realizó
el torneo de 1965-66.
¿Cuál es la realidad que presenta el país en lo
económico, político y de salud?
En primer lugar, no se
vislumbra una fecha en la que a la pandemia por el coronavirus COVID-19 se le
pueda poner “The End”, como en las películas. Lo segundo es un proceso
electoral incierto cuyo futuro no lo adivina ni Papá Liborio.
Pero, qué tiene en contra el montaje del próximo
torneo de béisbol: un Gobierno qué llegará a octubre con las finanzas en rojo;
más de 600 mil empleados suspendidos de sus trabajos, cifra que va en aumento
como un carro sin frenos; un sector empresarial que llegará a octubre sin
presupuesto, ya que han donado sus fondos y han tenido que enfrentarse a
solventar sus negocios sin producir, en la mayoría de los casos, para combatir
la epidemia; y otro factor en contra es que la temporada de Grandes Ligas
podría, si se juega, terminar en diciembre.
El panorama luce oscuro, pero sobre todo en un país
con la cara tapada con una mascarilla que no tiene fecha de vencimiento. Este
COVID-19 “Made in China” debe poner al licenciado Vitelio Mejía, presidente de
la Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom), a buscar las
piezas originales para ver si el carro puede arrancar en octubre.
Por: Bienvenido Rojas
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