Cuba desarrolla con resultados preliminares “satisfactorios” una
versión propia del antiviral Kaletra, con el objetivo de eliminar su
importación y garantizar un suministro estable del fármaco, creado para tratar
el VIH-Sida y
usado ahora en pacientes de COVID-19.
El prototipo cubano del retroviral, una
combinación de lopinavir y ritonavir, está aún “en etapa de desarrollo”, aunque
ya las primeras pruebas arrojan “resultados preliminares satisfactorios”, dijo
a la Agencia Cubana de Noticias uno de los líderes de la investigación,
realizada por los laboratorios estatales MedSol.

La producción exitosa del antirretroviral en Cuba ahorraría dinero y tiempo a
la isla, bajo las restricciones del embargo de Estados Unidos, que entorpece la
adquisición de bienes en el extranjero, incluidas las medicinas y los equipos
médicos que tengan más de un 10% de componentes estadounidenses.
Según los especialistas cubanos, su versión
del medicamento podría “hasta exportarse” a largo plazo. Sin embargo, para
producirlo Cuba primero tiene que sortear varios obstáculos, entre ellos la
ausencia de “la máquina de calentamiento que fusiona los dos principios
activos” del antiviral. “El país hoy no cuenta con ese equipo”, aseguró
Izquierdo.
La solución precisa “adaptaciones en la
tecnología cubana” que permitan a la prestigiosa industria biofarmacéutica
isleña producir un medicamento con las “mismas especificaciones de calidad que
el producto líder”, fabricado por la estadounidense AbbVie Inc.
Kaletra
es el nombre comercial del antiviral compuesto por una combinación de lopinavir y ritonavir, usados con éxito
en el tratamiento del VIH-Sida. Entre sus efectos adversos están las molestias
digestivas y las diarreas.
Aunque
todavía no se ha probado científicamente que algún fármaco de los existentes
cure o evite el contagio de la COVID-19, Kaletra es uno de los más utilizados
para tratar la enfermedad.
Cuba
también lo incluye en su protocolo contra el nuevo coronavirus, que ya acumula
1,337 positivos y 51 muertes desde el comienzo de la epidemia en el país.
El
antiviral cubano Interferón Alfa 2B fue uno de los medicamentos usados por
China en el comienzo de la pandemia, lo que motivó al menos a unas 15 naciones
de América Latina, Europa, África y Asia a pedir información o suministro del
fármaco.
Sin
ofrecer cifras concretas, el grupo estatal de medicamentos BioCubaFarma aseguró
que tenían suficientes existencias del antirretroviral para cubrir la demanda
dentro y fuera del país.
A
pesar del desabastecimiento crónico que sufre Cuba, atribuido en parte al
embargo de EE.UU. y que afecta también a su industria farmacéutica, los
directivos de BioCubaFarma insistieron en que están garantizados los 22
medicamentos que se considera podrían ayudar a tratar el coronavirus de una u
otra forma
Fuente: El Diario
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