El modesto Atalanta de
Bérgamo inició el 20
de febrero el camino hacia la actuación más
importante de su historia al clasificarse a los cuartos de final de la Champions League ante el
Valencia, cuyos aficionados también confiaban en conseguir el boleto ante un
rival ‘a modo’. El partido se jugó en San
Siro, en Milán.
Se vivió una
movilización masiva desde Bérgamo a Milán. Más de 45.000 seguidores se
trasladaron vía terrestre hacia el norte de Italia para alentar a sus
jugadores. Muchos optaron por viajar en su propio vehículo, pero otros
tantos eligieron los trenes y autobuses para llegar al histórico compromiso.
Unos 2,500
valencianistas hicieron también el viaje para apoyar a su equipo en Italia.
El partido de
vuelta se jugó a puerta cerrada y confirmó la superioridad italiana, pero eso no fue
suficiente para evitar el paso
del COVID-19, varios jugadores del Valencia ya estaban
contagiados, ni qué hablar de los aficionados de Bérgamo.
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