El mundo no volverá a la normalidad
hasta que se hayan consumado tres cosas:
Uno: “Que averigüemos si la
distribución de este virus se parece a un iceberg, que está un séptimo por
encima del agua, o a una pirámide, donde vemos todo. Si en este momento solo
vemos una séptima parte de la enfermedad real es porque no estamos haciendo suficientes
pruebas. Es como si estuviéramos ciegos”.
Dos: “Que tengamos un tratamiento que
funcione, una vacuna o un antiviral”.
Tres: “Tal vez lo más importante, que
un gran número de personas -en particular enfermeras, médicos, policías,
bomberos y maestros que han tenido la enfermedad- sean inmunes. Para eso
tenemos que poder verificarlo y crear un sistema que los identifique, ya sea
una pulsera o una tarjeta con su fotografía y algún tipo de sello en ella.
Recién entonces podemos estaremos los suficientemente seguros como para enviar
a nuestros niños de vuelta a la escuela. Recién entonces sabremos que el
profesor no es infeccioso”.
Fuente: ShareSocial
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