El
mundo está paralizado. Los lugares que una vez
estuvieron llenos del ajetreo y el bullicio propio de la vida cotidiana se han
convertido en pueblos fantasma con restricciones masivas.
Han
cerrado fábricas, colegios, se han impuesto restricciones a los viajes y se han
prohibido reuniones tumultuosas.
¿Pero cuándo
terminará y cuándo podremos seguir con nuestras vidas?
El
primer ministro de Reino Unidos, Boris Johnson, dijo que cree que el país puede
“cambiar el rumbo” de la lucha contra el brote en las próximas 12 semanas y
acabar con el coronavirus.
Pero
incluso si el número de casos comienza a disminuir en los próximos tres meses,
todavía estaremos lejos del final.
La
tendencia puede tardar mucho tiempo en desaparecer, posiblemente
años.
Está
claro que la estrategia actual de autoaislamiento, que muchos países han puesto
en marcha, no es sostenible a largo plazo porque el daño
social y económico sería catastrófico.
Estrategias de salida

Pero
si levantan las restricciones que frenan el virus, entonces los casos
inevitablemente se dispararán.
“Tenemos
un gran problema en cuanto a cuál debe ser la estrategia de salida y cómo vamos
a salir de esto”, dice Mark Woolhouse, profesor de epidemiología de
enfermedades infecciosas en la Universidad de Edimburgo.
“No
es solo Reino Unido. Ningún país tiene una estrategia de salida”.
Es
un gran desafío científico y social.
Básicamente,
hay tres formas de salir de este lío:.
·
Vacunación
·
Un número suficiente de personas desarrollan
inmunidad tras contraer la infección
·
Cambiar permanentemente nuestro comportamiento como
sociedad
Cada
una de estas rutas reduciría la capacidad de propagación del virus.
Vacunas: se tarda al menos de 12 a 18 meses
Una
vacuna debe dar inmunidad a alguien para que no se enferme si se expone al
virus.
Si
se vacuna a suficientes personas, en torno al 60% de la población, y el virus
no es capaz de causar brotes, se alcanza lo que se conoce como el concepto de
inmunidad colectiva.
Esta semana recibió una vacuna
experimental en Estados Unidos la primera persona, después de
que se permitiera a los investigadores saltarse el procedimiento habitual de
realizar primero pruebas con animales.
La
investigación de vacunas se está llevando a cabo a una velocidad sin
precedentes, pero no hay garantía de que sea exitosa y requerirá
inmunización a escala mundial.
La
mejor suposición es que una vacuna podría estar lista en
entre 12 y 18 meses si todo sale bien.
Ese
periodo de tiempo es mucho si tenemos en cuenta las
restricciones sociales adoptadas y que no tienen precedentes durante tiempo de
paz.
“Esperar
una vacuna no debe considerarse una estrategia. No lo es”, dijo el profesor
Woolhouse a la BBC.
Inmunidad natural: faltan al menos dos años
La
estrategia a corto plazo de Reino Unido y otros países es reducir los casos
tanto como sea posible para evitar que los hospitales se vean desbordados.
Es
cuando un sistema de salud se queda sin camas de cuidados intensivos cuando
aumentan las muertes.
Una
vez que la aparición de nuevos casos se ralentiza, se pueden levantar algunas
medidas por un tiempo, hasta que los casos vuelvan a aumentar y se
necesite otra ronda de restricciones.
Pero
cuándo puede suceder todo esto es incierto.
El
principal asesor científico de Reino Unido, Sir Patrick Vallance, dijo que “no
es posible establecer plazos absolutos en las cosas”.
Hacer
esto podría, involuntariamente, conducir a la inmunidad colectiva, ya que es un
proceso en el que cada vez más personas se infectan.
Pero podría
llevar años conseguirla.
Según
el profesor Neil Ferguson del Imperial College de Londres: “Estamos hablando de
suprimir la transmisión a un nivel en el que, con suerte, solo una fracción muy
pequeña del país se infectará”.
“Así
que eventualmente, si continuamos haciendo esto durante más de dos años, tal vez
una proporción suficiente del país en ese momento podría haber sido infectada
para brindar algún grado de protección comunitaria“.
Pero
hay dudas sobre si esta inmunidad durará.
Otros
coronavirus, que causan síntomas de resfriado común, conducen a una respuesta
inmune muy débil y las personas pueden contraer el mismo virus varias veces en
su vida.
Alternativas: sin punto final claro
“La
tercera opción son los cambios permanentes en nuestro
comportamiento que nos permiten mantener bajas las tasas de
transmisión”, dijo el profesor Woolhouse.
Esto
podría incluir mantener algunas de las medidas que se han implementado. O
introduciendo pruebas rigurosas y aislamiento de pacientes para tratar de
estar al tanto de cualquier posible brote.
“Hicimos
detección temprana y rastreo de contactos la primera vez y no funcionó”, agrega
el profesor Woolhouse.
El desarrollo de medicamentos que puedan
tratar con éxito una infección
por Covid-19 también podría ayudar a las otras estrategias.
Podrían usarse tan pronto como las personas
muestren síntomas en un proceso llamado “control de transmisión” para evitar
que lo transmitan a otros.
O para tratar a pacientes en el hospital y hacer
que la enfermedad sea menos mortal y reducir la presión de
las plantas de cuidados intensivos.
Esto permitiría a los países hacer frente a
más casos antes de tener que reintroducir medidas como la cuarentena.
Aumentar el número de camas de cuidados
intensivos también ayudará a hacer frente a brotes más grandes.
Le pregunté al consejero médico jefe del
Reino Unido, el profesor Chris Whitty, cuál es la estrategia de salida.
Me dijo: “A largo plazo, claramente, la forma de salir de esto es una
vacuna y todos esperamos que suceda lo más rápido
posible”.
“A nivel mundial, la ciencia encontrará
soluciones”.
Por:
BBC News Mundo
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